La historia del espía cubano infiltrado en el Departamento de Estado

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El caso plantea serias interrogantes sobre los esfuerzos del régimen cubano y sus sofisticados servicios de inteligencia para influir en la política exterior de los Estados Unidos.

El exdiplomático estadounidense de carrera, Víctor Manuel Rocha, enfrenta graves acusaciones de ser un agente secreto al servicio de Cuba comunista durante décadas, desencadenando lo que se describe como una de las traiciones más audaces y prolongadas en la historia del servicio exterior de Estados Unidos.

Rocha, de 73 años, quien ocupó cargos destacados en Bolivia, Argentina y la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana durante su carrera diplomática de dos décadas, fue arrestado en su hogar en Miami por el FBI el viernes pasado.

El exdiplomático acusado de participar en “actividades clandestinas” lloró en el tribunal federal de Miami donde fue presentado por la Fiscalía. Rocha se reunió con agentes cubanos de inteligencia y filtró datos falsos al gobierno estadounidense durante su carrera en el servicio exterior.

«Esta acción expone una de las infiltraciones de mayor alcance y más duraderas en el gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero», afirmó el fiscal general Merrick Garland en un comunicado divulgado por la agencia de noticias AP.

“Traicionar esa confianza prometiendo falsamente lealtad a Estados Unidos mientras se sirve a una potencia extranjera es un delito que será castigado con toda la fuerza del Departamento de Justicia”, agregó.

El FBI lo venía investigando

Aunque la denuncia presentada el lunes no detalla específicamente cómo Rocha pudo haber colaborado con Cuba, si arroja luz sobre los esfuerzos de la isla y sus sofisticados servicios de inteligencia para influir en funcionarios estadounidenses.

El fiscal general Merrick Garland calificó la acción como una de las infiltraciones más amplias en el gobierno de Estados Unidos por parte de un agente extranjero. Destacó que la traición a la confianza depositada en un funcionario público será castigada con todo el peso del Departamento de Justicia.

Las confesiones de Rocha, recopiladas durante el último año por un agente encubierto del FBI que se hacía pasar por un agente de inteligencia cubano llamado «Miguel», revelan detalles impactantes. Rocha elogió a Fidel Castro, se refirió a Estados Unidos como «enemigo» y se jactó de servir como un topo cubano en los círculos de política exterior estadounidense durante más de 40 años.

Una larga carrera de traición

El veterano diplomático de 73 años, estuvo destacado en Bolivia, Argentina y la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana. Su detención se produjo tras una breve comparecencia en el tribunal el lunes, y ahora espera una audiencia de fianza programada para el miércoles. Su abogado se ha abstenido de hacer comentarios hasta el momento.

El Departamento de Justicia no ha revelado cómo Rocha captó la atención de los agentes de inteligencia cubanos ni ha proporcionado detalles sobre la información confidencial que, según las acusaciones, pudo haber proporcionado mientras trabajaba para el Departamento de Estado y en roles posgubernamentales lucrativos, incluido su tiempo como asesor especial del Comando Sur de Estados Unidos.

Utilizaba una falsa “fachada de derecha”

El caso también revela detalles sobre la vida encubierta de Rocha, quien, para ocultar sus actividades, se refería a Cuba como «la isla» y adoptaba una fachada de «persona de derecha». Sus comentarios, registrados en varias conversaciones grabadas en secreto, incluyeron detalles sobre eventos como el derribo de aviones en 1996 y su aparente apoyo al expresidente Donald Trump, lo que contradice su trayectoria diplomática.

John Feeley, quien terminó una larga carrera diplomática como embajador de Estados Unidos en Panamá, dijo que estaba sorprendido de cómo su mentor, que había servido en administraciones de ambos partidos, había abrazado tan plenamente la política de Trump.

«Es más que irónico que haya cultivado esta personalidad caricaturesca», dijo, «y que aparentemente todo el mundo se lo haya creído».

El documento de acusación sigue los vínculos ilegales de Rocha con Cuba después de dejar el gobierno federal, cuando asumió roles en el sector privado. El FBI, al enterarse de la relación el año pasado, organizó encuentros encubiertos en lugares discretos de Miami, donde Rocha aplicó técnicas de contravigilancia enseñadas por los maestros del espionaje cubano.

El “mejor jefe de campaña” de Evo Morales

Aunque la denuncia no señala que Rocha ayudara en operaciones militares cubanas, destaca su papel en momentos cruciales de la política exterior estadounidense, como en Bolivia, donde intervino directamente en la carrera presidencial de 2002. Sus comentarios, lejos de favorecer los intereses estadounidenses, fortalecieron el apoyo a Evo Morales.

Víctor Manuel Rocha, nacido en Colombia, ascendió en el servicio exterior después de obtener títulos en artes liberales de Yale, Harvard y Georgetown. Fue el principal diplomático estadounidense en Argentina y luego embajador en Bolivia, donde desempeñó un papel controvertido al intervenir en la política interna del país sudamericano.

Si las acusaciones resultan ser ciertas, Rocha se convertiría en el primer miembro del servicio exterior de élite de Estados Unidos acusado de traicionar su juramento. Este escándalo, enmarcado en casos de espionaje que son raros pero no sin precedentes, plantea interrogantes sobre la integridad de la institución del servicio exterior, según el exembajador Kevin Whitaker.

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