Perú ha acogido a más de 800 mil venezolanos que han tenido que salir huyendo del régimen dictatorial de Nicolás Maduro en Venezuela y de la crisis que ha destrozado la economía de ese país. Un Informe publicado por BBVA Research, ofrece luces acerca del verdadero impacto de la migración venezolana en el país andino, y despeja algunas dudas sembradas por sectores minoritarios xenofóbicos y medios peruanos que rechazan la presencia de venezolanos en Perú al acusarlos de crear problemas.
El impacto fiscal de la inmigración venezolana ha sido positivo, según BBVA Research, aunque bajo (0,08 %) en relación con el tamaño de la economía peruana. Desde 1915 han migrado 4,3 millones de venezolanos a todo el mundo, de los cuales unos 800,000 decidieron migrar a Perú.
La mayor parte de estos migrantes está concentrada en Lima. De acuerdo con el informe de BBVA Research, la migración ha modificado la oferta de factores productivos en la economía peruana. Al tomar en cuenta la mayor disponibilidad de mano de obra y de capital humano generada por los migrantes venezolanos, el Servicio de Estudios Económicos de BBVA estima que el PBI potencial del país dio un salto en 2018.
“Estimamos que en 2018 el PBI potencial creció 4.4%, casi un punto porcentual más de lo que hubiese aumentado si la migración de ciudadanos venezolanos no hubiese ocurrido”, indicó BBVA. En 2019 el crecimiento del PBI potencial incluyendo la migración suma 3.7%. Sin ella, asciende a 3.2%.
No se está aprovechando todo el potencial de los migrantes
Si los migrantes hubieran sido empleados en sus áreas de especialización profesional y técnica la contribución a la economía peruana sería mayor, revela el estudio. En consecuencia, la brecha del producto (actualmente negativa) se ha ampliado. Según el estimado del BBVA en 2018 la brecha de producto se ubicó en -0.5% del PBI potencial. Mientras que, excluyendo la migración, se ubicaría en 0.1%, pero en clave positiva: seis décimas de punto porcentual más arriba.
Esta brecha aumentó este año a -1.7% del PBI potencial incluyendo la migración extranjera. Sin contar a los venezolanos, el reporte estima que la tasa se ubicaría en -0.9%. BBVA Research agrega que una ampliación de la brecha del producto (ahora negativa) muestra que la debilidad cíclica de la economía es mayor, y tiene implicaciones sobre sus previsiones de inflación (menores presiones sobre los precios).
Uno de los puntos más importantes del informe es acerca del impacto fiscal de la migración venezolana en Perú. Para 2018 describe un balance positivo de US$ 154 millones entre ingresos y gastos. La mayoría de los ingresos tributarios proviene del IGV, mientras que el principal gasto del Estado en los ciudadanos venezolanos pertenece al rubro educativo. En 2019 el balance es de US$ 200 millones a favor del país. En total, el reporte calcula un impacto positivo del 0.08% del PBI.
Remesas y condiciones de trabajo de los migrantes
La mayor parte de los migrantes venezolanos en Perú se encuentra en edad productiva y registra un número de años de estudios más alto que el promedio de la población peruana. Sin embargo, su incorporación al mercado laboral local no se ha dado en las mejores condiciones: los indicadores de informalidad señalan que esta es muy elevada (gran parte de los migrantes no cuenta con permiso legal para trabajar y no ha convalidado sus estudios).
El 89% de los trabajadores dependientes no posee un contrato de trabajo formal y el 76% trabaja en empresas muy pequeñas (de 1 a 10 trabajadores), que tienden a ser menos productivas y más informales (91% de informalidad).
Por otra parte, el 97% de trabajadores venezolanos tampoco cuenta con un seguro de salud otorgado por el empleador (seguro que las empresas deben otorgar obligatoriamente a sus trabajadores formales). El ingreso promedio mensual de trabajadores venezolanos es de S/ 1,116.
Acerca de la salida de capitales vía remesas por parte de los migrantes venezolanos, el estudio revela que solo el 65% de los inmigrantes venezolanos mayores de 14 años envía remesas a Venezuela y lo hace, principalmente, con frecuencia semanal o quincenal. Asimismo, la mayoría alquila la vivienda que habita y comparte habitación con dos o más personas.
Solo 40% de los casi 90,000 migrantes venezolanos en edad formativa básica (de 3 a 16 años), asiste a centros educativos públicos y particulares. De manera que es muy poco los servicios educativos que están demandando.
Migrantes tienen mejor salud que los peruanos
Unos 33,000 migrantes asistieron a un centro educativo en 2018, mientras que otros 54,000 no se educan actualmente debido a problemas económicos (31%), desconocimiento del sistema educativo (30%) o falta de documentos (22%).
Por otra parte, los migrantes venezolanos presentan un mejor estado de salud que el peruano promedio (medido como padecimiento de enfermedades crónicas). Sin embargo, el migrante venezolano que se enferma no está acudiendo a establecimientos de salud porque no tiene dinero ni seguro.
Ataques xenofóbicos
En los últimos meses han aumentado los ataques de xenofobia contra los migrantes venezolanos en Perú por parte de sectores minoritarios sociales y políticos. También se ha denunciado el maltrato y persecución de la policía peruana a los vendedores informales venezolanos que trabajan en las calles peruanas. Esto ha motivado solicitudes expresas del gobierno de Juan Guaidó hacia las autoridades de Perú para que investiguen estos hechos que han sido repudiados por la comunidad internacional.
Cifras reveladas por el Ministerio del Interior de Perú indican que el 68% de inmigrantes venezolanos en Perú se sienten discriminados. El rechazo (aporofobia) se observa sobre todo hacia los inmigrantes más pobres. La presencia de venezolanos es rechazada por algunos sectores que sienten temor a ser desplazados en sus puestos de trabajo. Otros lo hacen como consecuencia de la conducta delictiva en Perú por parte de delincuentes venezolanos que también han migrado.
Sin embargo, para el sector empresarial y la mayoría del pueblo peruano, la inmigración venezolana es vista como una oportunidad económica, social y cultural.