El Esequibo, una extensión territorial más grande que naciones como Inglaterra, Cuba o Grecia, se convierte en el epicentro de una disputa encarnizada entre Guyana y Venezuela. Este vasto territorio, rico en minerales y otros recursos naturales, ha emergido como un «mar de petróleo», desencadenando tensiones geopolíticas y llevando a ambos países a un enfrentamiento legal en La Haya.
El conflicto territorial, arrastrado desde 1841, ha alcanzado nuevas alturas con la intervención de la Corte Internacional de Justicia de La Haya. Este tribunal se convierte en el árbitro de una contienda que va más allá de las fronteras físicas, adentrándose en las aguas del Atlántico y las decisiones estratégicas de dos naciones sudamericanas.
La magnitud del Esequibo no solo radica en su extensión territorial, sino en la diversidad de sus riquezas naturales que posee. Desde 1841, Venezuela ha sostenido su reclamo sobre esta tierra, pero es a partir de 2015, con el descubrimiento de vastos yacimientos petroleros, que este el territorio se convierte en el epicentro de la discordia.
El Referéndum: ¿jugada maestra o amenaza?
El presidente Nicolás Maduro, desafiando el statu quo, ha convocado un referéndum para el 3 de diciembre. Una maniobra polémica que busca el respaldo de los ciudadanos venezolanos para la creación del estado Guayana Esequiba y la concesión de ciudadanía venezolana a sus habitantes. Guyana, percibiendo la amenaza existencial, ha recurrido a La Haya en busca de una intervención legal que le favorezca.
El Esequibo, con sus 160,000 kilómetros cuadrados, no solo es un depósito de minerales valiosos, sino que comparte similitudes geográficas con estados venezolanos ricos en recursos. La proximidad al Arco Minero del Orinoco y la ubicación estratégica en la costa atlántica, donde se hallan los yacimientos petroleros, hacen del Esequibo una pieza clave en la estrategia económica de ambas naciones.
El Boom Petrolero: Guyana en la Cúspide
Desde 2015, el descubrimiento de vastos yacimientos petroleros ha catapultado a Guyana a la cúspide económica. ExxonMobil, con 46 descubrimientos, ha elevado las reservas de petróleo de Guyana a 11,000 millones de barriles. Este auge económico, sin embargo, desata tensiones al situar la mayoría de las reservas en el bloque Stabroek, en aguas disputadas.
La disputa por el Esequibo se remonta a 1841, cuando Venezuela denunció una incursión británica en su suelo. El Laudo Arbitral de París de 1899, cuestionado por Venezuela, estableció la «Línea Schomburgk» como frontera. Hoy, los desafíos actuales, el referendo consultivo y los posicionamientos militares presentan un escenario complejo donde la diplomacia se enfrenta al riesgo de conflictos armados.
Las Aguas que Unen y Separan: Geopolítica Marítima
El territorio en disputa no solo se extiende por tierra firme, sino que abarca casi 300 km de costa y 40 km de aguas oceánicas. La importancia estratégica de estas aguas va más allá de la pesca, consolidando y extendiendo la salida de ambos países hacia el Atlántico. Además, otorgan una jurisdicción aduanera crucial para la economía de la región.
La convocatoria del referéndum por parte de Venezuela ha desencadenado debates intensos. Ciudadanos, expertos y líderes políticos cuestionan la legalidad y las implicaciones de esta decisión. La historia compleja, los acuerdos internacionales y las posturas actuales de ambos países, añaden capas de complejidad a un conflicto que parece no tener una solución sencilla.
¿Una provocación de Guyana?
Recientemente el presidente de Guyana, Irfaan Ali, izó la bandera de su país acompañado de oficiales de la Fuerza Armada en una montaña de la serranía de Pacaraima, en las cercanías a la zona en reclamación. Este acto fue considerado como hostil por parte de Caracas.
Ali ha dicho que cuenta con el apoyo de sus socios del Caribe y de los Estados Unidos. «No damos nada por sentado (…) Por eso es que nuestra estrategia general es que no hay nada de que alarmarse. No hay absolutamente nada que temer. Estamos haciendo todo de acuerdo con las directrices internacionales, y creemos que Venezuela no actuará imprudentemente», afirmó.
Por su parte, Venezuela respondió a través del ministro de Defensa, Vladimir Padrino, diciendo que “Esta no es una guerra armada, por ahora, no es una guerra armada», al tiempo que aseguró que dijo el Fuerza Armada Nacional Bolivariana estarán «vigilantes permanentemente» de «cualquier acción que atente» contra la «integridad territorial».
Así mismo, advirtió al presidente guyanés, Irfaan Ali, que «convocando al Comando Sur a establecer una base de operaciones» en el territorio Esequibo no se iba a «resolver este asunto», e indicó que era a mediante el diálogo como se podía llegar a un «acuerdo mutuamente satisfactorio para ambas partes», tal como lo establece el Acuerdo de Ginebra de 1966.
También, el ejército venezolano anunció el sábado 27 la construcción de una escuela, un ambulatorio y una cancha de entrenamiento en la isla de Anacoco, próxima al territorio Esequibo.
Dos décadas perdidas
Para Ricardo Salvador de Toma-García, experto en el tema del territorio en disputa con Guyana, Venezuela perdió “oportunidades extraordinarias” para negociar en mejores términos con el país vecino durante el gobierno de Hugo Chávez.
Señala que el mandatario fallecido subestimó la capacidad diplomática de Guyana y postergó indefinidamente la negociación, siendo además excesivamente permisivo con el gobierno guyanés.
En 2004 desde Georgetown, Chávez dijo ante el presidente de Guyana que su gobierno no se opondría a cualquier concesión que se otorgara a empresas internacionales para la explotación de los vastos recursos minerales de la zona en reclamación.
El gobierno guyanés interpretó las palabras de Chávez como una cesión del territorio en disputa y desde entonces inició la exploración intensiva de los recursos petroleros y auríferos en la zona.
El Futuro en Juego: Diálogo, Diplomacia y Decisiones Trascendentales
A medida que la fecha del referéndum se acerca, el futuro del Esequibo y las relaciones entre Venezuela y Guyana están en juego. La diplomacia, el respeto a los acuerdos históricos y la búsqueda de soluciones pacíficas se presentan como el camino más sensato para evitar una escalada de tensiones en una región donde el petróleo, la geopolítica y la historia se entrelazan de manera compleja.
Mientras tanto para muchos venezolanos el territorio Esequibo es solo un tachón difuso en el mapa del que poco se sabe. Tras la reactivación del reclamo por parte de Venezuela en la antesala de las elecciones presidenciales del próximo año y las amenazas de Guyana de quedarse con toda esta vasta área geográfica en disputa, el tema está acaparando los titulares de prensa.
Los venezolanos en general han considerado este territorio como suyo. Desde el siglo XIX cuando se produjo el despojo territorial por parte de Gran Bretaña, en el imaginario colectivo siempre ha permanecido el deseo de recuperarlo. Además, está claro que difícilmente algún venezolano se opondría. Solo falta saber de qué forma y a qué precio, señalan algunos observadores.