Las posibilidades de que Donald Trump llegue nuevamente a la Casa Blanca han aumentado tras su reciente victoria en el caucus de Iowa y el retiro del gobernador de Florida, Ron DeSantis de la carrera republicana, quien además le ofreció su apoyo. Esto traería serias consecuencias para Venezuela y el régimen de Nicolás Maduro.
Este artículo se está escribiendo antes de las primarias presidenciales del 23 de enero en New Hampshire, donde todo parece indicar que Trump arrasará. Una victoria del expresidente lo convertiría en el potencial candidato presidencial republicano que enfrente a Joe Biden el próximo 5 de noviembre.
Resulta crucial analizar las posibles implicaciones que el retorno de Donald Trump a la Casa Blanca traería al escenario político venezolano. Sabemos que la política exterior estadounidense desempeña un papel determinante en la situación política, económica y social de Venezuela.
De allí que la vuelta de Trump podría tener consecuencias significativas para el régimen venezolano que ha estado negociando con EE.UU el alivio de sanciones económicas y la liberación de personas claves del entorno presidencial venezolano, acusados de lavado de dinero y narcotráfico.
¿Cómo afectará esto el alivio de sanciones y la situación migratoria venezolana?
Uno de los aspectos clave a considerar es la política de sanciones impuesta por la administración Trump durante su mandato. Si regresa al poder, es probable que Trump mantenga una postura firme respecto a las sanciones económicas contra el régimen de Nicolás Maduro. Lo más probable sería la reimplantación de tales sanciones.
Con respecto a la migración venezolana, el retorno de Trump podría tener consecuencias mixtas. Si bien su administración fue conocida por implementar medidas restrictivas en materia de inmigración, también mostró interés en abordar la crisis humanitaria en Venezuela.
Un segundo mandato de Trump podría significar políticas migratorias más estrictas, lo que afectaría a la población venezolana que busca refugio en Estados Unidos y otros países de la región. Particularmente, la migración de personas con menor preparación académica y sin familiares que los acojan en suelo estadounidense.
¿Cómo sería la política de Donald Trump hacia el régimen de Nicolás Maduro?
La postura de Trump hacia el régimen de Nicolás Maduro ha sido contundente en el pasado. Durante su primer mandato, respaldó abiertamente al líder opositor Juan Guaidó y lideró esfuerzos internacionales para presionar la salida de Maduro del poder. Si Trump regresa a la Casa Blanca, es probable que continúe con una política hostil hacia el régimen venezolano, fortaleciendo las alianzas con otros países que comparten su posición.
La posibilidad de una intervención militar, que fue mencionada en diversas ocasiones durante su primer mandato, podría volver a estar sobre la mesa. Pero esta vez Trump tendría que mostrar algo más que fanfarronadas altisonantes para que el régimen venezolano se lo tome en serio.
Esto generaría tensiones no solo en Venezuela sino también en la región, afectando las dinámicas geopolíticas en América Latina. Sin embargo, no hay que olvidar que el régimen venezolano logró insertarse hábilmente en el juego geopolítico internacional de China, Rusia, Irán y Cuba, sus principales patrocinadores.
¿Por qué a Maduro le debería interesar llegar a un acuerdo con Biden antes de las elecciones?
Ante la perspectiva de un retorno de Trump, Nicolás Maduro podría considerar la posibilidad de llegar a un acuerdo con la administración actual de Joe Biden antes de las elecciones. Biden ha mostrado una postura más moderada en comparación con su predecesor, abogando por una solución negociada a la crisis venezolana.
Llegar a un acuerdo con Biden podría implicar concesiones por parte de Maduro, pero también podría significar un alivio en las sanciones y un camino hacia la estabilidad política. Maduro podría buscar negociaciones que le permitan mantener cierto control en el poder mientras alivia la presión internacional sobre su gobierno.
En el complejo escenario político venezolano, la posibilidad de un acuerdo entre el régimen de Nicolás Maduro y el gobierno de EE.UU. ha emergido como un tema central de discusión. Tal acuerdo podría incluir un compromiso crucial: permitir elecciones libres en Venezuela en 2024. Aunque voceros del gobierno han dicho que las elecciones serían en 2025.
¿Elecciones sin María Corina?
Este planteamiento genera interrogantes cruciales sobre la disposición de Maduro a aceptar un proceso electoral genuino y, más específicamente, a permitir la participación de la líder opositora María Corina Machado como candidata. Después de las elecciones primarias del 22 de octubre del año pasado, el liderazgo de Machado ha seguido creciendo en todo el país.
La propuesta de elecciones libres en 2024 se presenta como una vía para buscar una solución negociada y pacífica a la crisis política que ha sumido a Venezuela en años de tensiones y conflictos. Sin embargo, la incertidumbre radica en si Maduro estaría dispuesto a ceder el control y permitir un proceso electoral que potencialmente cambiaría el equilibrio de poder en el país.
La participación de María Corina Machado añade un componente adicional a la ecuación. Su posible candidatura representa una alternativa que desafiaría directamente la permanencia de Maduro en el poder. La pregunta crucial es si Maduro aceptaría la presencia de Machado en una contienda electoral realmente competitiva.
El historial de Maduro en cuanto a la tolerancia hacia la oposición sugiere un panorama complejo. A lo largo de su mandato, se han documentado numerosas acciones destinadas a restringir la participación política de la oposición y mantener un control estricto sobre los procesos electorales.
La posibilidad de permitir elecciones libres en 2024, con la participación de una líder opositora como Machado, que le ganaría abiertamente, plantea desafíos significativos para el régimen. Muchos analistas piensan que las sanciones económicas por sí solas no representan suficiente incentivo para que el régimen socialista venezolano ceda.
¿Cómo una guerra con Irán beneficiaría a Maduro?
Líder Supremo de Irán, Alí Jameneí.
Incluso, hay quienes consideran que si este año se desata un conflicto entre EE.UU. e Irán, que es la fuente de perturbación para Occidente por donde se le mire, la situación del régimen venezolano cambiaría significativamente a su favor. Puesto que las tensiones en Medio Oriente y las posibilidades de una conflagración afectarían el comercio mundial de petróleo.
Esta circunstancia pone al régimen venezolano en una circunstancia ventajosa para seguir negociando su permanencia en el poder. Aunque Venezuela tiene una producción muy mermada que apenas llega a los 800 mil barriles diarios de petróleo, cada barril de crudo exportado contribuiría a mejorar el suministro mundial.
De modo que, de llegar nuevamente Trump al poder, no sería tan fácil para su gobierno renunciar al petróleo pesado venezolano, que podría alimentar las refinerías de Alabama y con ello cubrir parte del crudo que saldría del mercado mundial, si se inicia un conflicto bélico.
No olvidemos tampoco que el régimen venezolano está protegido por Rusia. Las relaciones entre Putin y Trump han sido buenas, es evidente que el líder ruso abogaría por la supervivencia de Maduro, quien figura entre sus fichas “más confiables.
La posibilidad de un acuerdo entre el régimen de Maduro y el gobierno de los Estados Unidos, que incluya elecciones libres en 2024, plantea preguntas fundamentales sobre la voluntad de Maduro para comprometerse con un proceso democrático genuino. Algo a lo que muchos no le apuestan.
Otra perspectiva es que los acuerdos entre Maduro y Biden en cualquier momento podrían romperse. Especialmente si el régimen venezolano observa que los demócratas saldrán de la Casa Blanca este año. ¿Qué caso tendría para Maduro cumplir con los acuerdos si sabe que Biden perderá las elecciones?
El régimen venezolano busca ganar tiempo para recuperar la actividad económica y tratar de mejorar sus números. Una vez el ingreso nacional comience a aumentar por las exportaciones de petróleo, oro y “otros productos” y el gobierno estadounidense se distraiga cuando entre de lleno en la campaña electoral, será más fácil olvidar lo prometido.
Posibles consecuencias del retorno de Trump para el mundo y para América Latina
El retorno de Donald Trump a la Casa Blanca no solo tendría implicaciones para Venezuela, sino también para el mundo y específicamente para América Latina. Trump es conocido por su enfoque nacionalista y su énfasis en la «América primero». Esto podría traducirse en una menor atención a los asuntos regionales y una mayor concentración en los intereses estadounidenses.
En el ámbito global, el retorno de Trump podría generar tensiones con otros actores internacionales, particularmente aquellos con los que tuvo desencuentros durante su primer mandato. La política exterior de Estados Unidos bajo Trump ha sido impredecible, y su regreso podría alterar dinámicas geopolíticas en diversas partes del mundo.
El eventual retorno de Donald Trump a la Casa Blanca tendría profundas implicaciones para la región latinoamericana. Desde las relaciones bilaterales con gobiernos “progresistas”, hasta la situación migratoria, que nuevamente estaría en el centro de sus iniciativas, serán asuntos claves de su administración.
Trump ya ha dicho que trabajará de la mano con el presidente de Argentina, Javier Milei, por su afinidad ideológica. Seguramente también lo haría con Nayib Bukele de El Salvador y con el recién electo presidente de Ecuador, Daniel Noboa. Con los demás gobiernos latinoamericanos de izquierda como el de Petro en Colombia, se esperarían tensiones.
De ganar nuevamente la presidencia Donald Trump, lo único cierto con él sería la incertidumbre que prevalecerá. Solo el tiempo revelará el rumbo que tomarán los acontecimientos en este escenario geopolítico en constante evolución.
