El hambre cambia nuestro estado de ánimo. Sí, como lo oyes, en ocasiones cuando estás muy enojado al volver a casa del trabajo o debido a una de esas dietas estrictas que la gente sigue, el motivo puede que sea el hambre.
Un artículo publicado por el sitio huffingtonpost.com.mx basado en un estudio científico señala que desde tiempos remotos el hombre tiene este comportamiento. Sin embargo no fue sino hasta muy recientemente que investigadores descubrieron que un estómago que ruge puede ser un indicador inequívoco de mal humor.
«Está aceptado de forma general que el hambre puede influir en el humor e incluso en comportamientos como la hostilidad y la impulsividad, pero aún no se sabe mucho de los mecanismos psicológicos que transforman el hambre en mal humor», señala Jennifer MacCormack, una de las investigadoras que encabezó el estudio publicado por la revista Emotion.
El equipo científico de la Universidad de Carolina del Norte en Estados Unidos ha estado investigado sobre la relación entre el hambre y el mal humor y descubrió que no se trata solo de una simple baja de glucosa en la sangre.
Afirman que la gente cuando siente hambre se torna más irascible que cuando está llena con los distintos tipos de estrés que puede sufrir en su entorno.
Kristen Lindquist, coautora del estudio, explica que “No es simplemente tener hambre y empezar a despotricar contra el universo. Todo el mundo ha sentido hambre, ha sabido reconocer esa molestia como hambre y se ha tomado un sándwich para sentirse mejor”.
La investigadora indica que “El mal humor causado por el hambre sucede cuando sientes las molestias provocadas por el hambre pero las interpretas como emociones fuertes debidas a otras personas o a la situación en la que estás».
Afortunadamente, al comer nuevamente la persona puede recobrar la sensación de bienestar y la sonrisa reaparecer en su rostro. Claro, si durante el período en que soportó hambre no llevó su molestia al límite haciendo enojar también a otros a su alrededor.
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