Barcelona figura entre las diez mejores ciudades del mundo, según el ranking internacional The World’s Best Cities 2018, que realiza un estudio cada año en el cual mide la calidad de vida en el lugar, la identidad corporativa y su reputación, la gente y el entorno natural, entre otros factores.
La capital de Cataluña se sitúa en el octavo lugar delante de San Francisco y por detrás de Dubai, mientras que Londres, la capital británica, aparece como la mejor ciudad del mundo en esta lista.
El estudio describe a Barcelona como una ciudad “desafiante” con una “mezcla ecléctica” en su vida bohemia, playas y arquitectura singular. Claro que allí se reseñan también los violentos intentos secesionistas que se produjeron en octubre del año pasado. Esto demuestra que la ciudad “marcha a su propio ritmo”, sostiene el informe.
Según el estudio, Barcelona es la “ciudad europea casi ideal” al tiempo que destaca que justamente esta urbe ocupa el segundo puesto como el mejor lugar del mundo para vivir, después de Tokio, con un 88 puntos en el ranking.
El estudio que también analiza la gente, otorga a los barceloneses 70 puntos, al producto 51, a la programación de la ciudad 39, a la promoción 39 y a la prosperidad 30 puntos.
El ranking también toma en cuenta los problemas del turismo y las protestas de los vecinos por “la gentrificación” y el constante aumento de los precios debido a los turistas. No obstante, destaca algunas medidas adoptadas por el gobierno local para “frenar el turismo” y tratar de “reducir las prácticas que afectan negativamente” a los habitantes.
Igualmente, los problemas generados por los inversores inmobiliarios que compran apartamentos para alquilarlos en Airbnb, con lo cual presionan los aumentos de los precios de los inmuebles.
Entre los planes que tienen previstos las autoridades para limitar el “turismo excesivo”, reseñados por el estudio, están: el establecimiento de limitaciones para la circulación de coches en las zonas más congestionadas, delimitar “zonas sin segway” y regular el número de habitaciones en los inmuebles de alquiler para uso vacacional.
Además de imponer una moratoria a los nuevos hoteles construidos en la ciudad, el Ayuntamiento de Barcelona impuso pesadas multas a Airbnb y HomeAway “por anunciar apartamentos turísticos ilegales” y aconsejan a los turistas “investigar antes de reservar un alojamiento”.