El joven dirigente político reconocido por más de medio centenar de países democráticos como el presidente interino de Venezuela, ha tenido un año lleno de altas y bajas. Desde su elección como presidente de la Asamblea Nacional y juramentado como presidente constitucional su actividad ha sido aplaudida por unos y criticada por otros.
He aquí el balance que hace BBC Mundo de su primer año de gestión que representó un cambio para la mayoría de los venezolanos que lo apoya:
Este cambio se inició hace exactamente un año: el 23 de enero de 2019.
Ese día este graduado en Ingeniería Industrial, que había sido elegido pocos días antes presidente de la Asamblea Nacional, se declaró presidente interino de Venezuela y prometió que, con la ayuda del pueblo y el Ejército de Venezuela, terminaría con la «usurpación» del poder por parte de Nicolás Maduro.
Durante este tiempo Maduro lo acusó de ser parte de un complot orquestado por Estados Unidos para derrocarlo.
Guaidó -quien este jueves participa en el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, como parte una gira internacional por varias capitales europeas- fue rápidamente reconocido por Estados Unidos, al que se sumaron la mayoría de países de Europa y América Latina, hasta contabilizar medio centenar de apoyos.
Su inesperada irrupción en la escena pública puso la atención mundial en Venezuela y relanzó la causa opositora, entonces muy debilitada.
Ha pasado un año. ¿Qué ha logrado Juan Guaidó?
1. Reconocimiento internacional
En un momento en el que la oposición venezolana parecía haber agotado todos los caminos para tratar de derrotar al chavismo, el respaldo internacional, sobre todo el de Estados Unidos, supuso un revulsivo inesperado.
«Para nosotros supuso el primero de grandes avances que logramos en 2019 pero que quizá ahora no son fáciles de ver para la población», le dijo a BBC Mundo Adriana Pichardo, diputada de Voluntad Popular y una de las dirigentes cercanas a Guaidó.
Este respaldo de gobiernos foráneos fue ratificado esta semana, cuando Guaidó acudió a Bogotá para participar en una reunión hemisférica contra el terrorismo, en el inicio de una gira que le ha llevado a Londres, Bruselas y Davos, donde participa en el Foro Económico Mundial.
Pichardo subraya que el apoyo internacional permitió a las fuerzas de la oposición reunir «gran cantidad de ayuda humanitaria» de sus aliados en el exterior para repartirla en Venezuela en el mes de febrero.
«Si la ayuda no pasó fue porque el Gobierno hizo lo que hizo en las fronteras», comenta, en alusión a los enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad que se registraron en zonas fronterizas con Colombia y Brasil el 23 de febrero, cuando Guaidó había prometido que la ayuda entraría al país «sí o sí».
Pichardo también celebra el impacto de las sanciones impuestas por Estados Unidos a dirigentes y entidades claves del Estado venezolano. «Las sanciones contra dirigentes que violaron los derechos humanos nos permiten obtener algo de la justicia a la que en Venezuela no tenemos acceso».
La Alta Comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, visitó el país en junio del año pasado y reportó en un informe numerosos abusos perpetrados o tolerados por las autoridades.
El gobierno rechazó el informe y dijo que «estaba cargado de mentiras y manipulaciones».
Para Phil Gunson, analista del International Crisis Group, «aunque las sanciones no han conseguido derrocar a Maduro y la dolarización informal, junto con el abandono del control de precios y de cambio han provocado señales de vida en algunos sectores de la economía, el Gobierno sigue pasando serios apuros».
2. Un liderazgo claro para la oposición
Guaidó fue elegido presidente de la Asamblea Nacional en 2019 como consecuencia del acuerdo alcanzado en 2016 entre las principales fuerzas de la oposición para turnarse en la presidencia del Parlamento.
En virtud de ese acuerdo, Guaidó debía haber sido relevado al comenzar 2020, pero la mayoría de los diputados opositores optaron por romper la que había sido la costumbre de los últimos años y lo votaron para un segundo año en un cargo que se ha convertido en una especie de liderazgo oficioso de la oposición.
Aunque las fisuras internas que durante años han caracterizado al sector del antichavismo no han desaparecido, y no son raras las discrepancias públicas, Pichardo promete: «Mantendremos la unidad fortalecida que construimos el año pasado».
Luis Parra fue proclamado el pasado 5 de enero presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela con el apoyo de los diputados chavistas mientras un fuerte despliegue policial impidió la entrada de Guaidó a la sede del Palacio Federal Legislativo.
Sin embargo, en una sesión paralela Guaidó fue reelecto por parte de la oposición como presidente de la Asamblea.
La discutida, y según la mayoría de expertos consultados por BBC Mundo ilegal, elección de un político acusado de corrupción apoyado por el Gobierno para desplazar a Guaidó de la presidencia del Parlamento, ha contribuido además a que los suyos cierren filas.
Luis Vicente León, de la consultora Datanálisis, asegura que «el intento de golpe contra la Asamblea Nacional permitió a la oposición institucional reunificarse frente a su enemigo».
El gobierno se muestra decidido a celebrar unas elecciones parlamentarias en 2020, lo que colocará a la oposición de nuevo ante la disyuntiva de participar, aunque no crea que vayan a ser limpias, o boicotearlas y denunciar una vez más a la «dictadura» de Nicolás Maduro.
Gunson cree que, de cara a esa encrucijada, tras los últimos acontecimientos, «el liderazgo de Guaidó ha sido ratificado».
«Incluso los radicales que rechazan toda forma de negociación se han puesto detrás de él, satisfechos porque la vía electoral parece ahora bloqueada».
Probablemente para reafirmar su perfil de neutralidad y de figura de consenso entre todas las fuerzas de la oposición, Guaidó solicitó recientemente a su partido, Voluntad Popular, que le apartara provisionalmente de sus filas.
León sostiene que Guaidó se muestra así consciente de que «debe jugar el rol de negociador y mediador para lograr acuerdos unitarios».
3. La huida de Leopoldo López
El 30 de abril de 2019, Juan Guaidó apareció de madrugada junto a la base aérea de La Carlota, en Caracas, y anunció el inicio de «la fase definitiva del cese de la usurpación».
Junto a él, un grupo de hombres armados y con uniformes militares daban la sensación de que el Ejército, como tantas veces le había reclamado la oposición, le había dado la espalda a Maduro.
También estaba allí Leopoldo López, líder del partido de Guaidó y considerado su mentor político, que había burlado la prisión domiciliaria que cumplía por su papel en las protestas de 2014. La aparición de López, aparentemente libre, hizo pensar durante algunas horas que el intento de insurrección podría tener éxito.
Pero pronto se comprobó que, salvo algunas excepciones, la mayoría de los militares no estaban dispuestos a rebelarse.
Aunque aquel todo o nada no alcanzó sus objetivos y fue neutralizado en pocas horas por las fuerzas de seguridad leales al gobierno, la jornada dejó un cambio relevante.
Mientras sus seguidores se enfrentaban con la Guardia Nacional en los aledaños de La Carlota, López corrió a refugiarse en la residencia del embajador de España, donde vive desde entonces cercado por un cordón del servicio de inteligencia (Sebin) que vigila permanentemente la legación.
Pichardo afirma que los sucesos del 30 de abril «sirvieron para poner de manifiesto que había mucha gente descontenta en el Ejército» y destaca que la relación entre Guaidó y López sigue siendo «muy cercana».
«Leopoldo sigue siendo un símbolo para nosotros», subraya.
Pero no son pocos los que creen que se pagó un precio demasiado alto solo para que el dirigente de Voluntad Popular cambiara el lugar de su reclusión.
También dentro de la propia oposición. Un diputado de Primero Justicia le dijo entonces a BBC Mundo, bajo condición de anonimato, que López y Guaidó no habían informado al resto de partidos de su intención de lanzar una sublevación y esto había causado profundo malestar en las filas opositoras.
Y, ¿qué es lo que no logró Guaidó?
- Sacar del poder a Nicolás Maduro. El objetivo principal declarado de Guaidó era sacar a Maduro del poder, lo que, evidentemente, no se ha producido
- Mantener las movilizaciones. En las últimas protestas a las que convocó Juan Guaidó hubo mucha menos gente de la que acudía en los primeros meses de 2019.
- Defender la Asamblea. El pasado 7 de enero, solo 48 horas después de que la Guardia Nacional le hubiera negado el acceso, Juan Guaidó y el resto de diputados opositores lograron romper el cordón policial y acceder al hemiciclo parlamentario.
Lea más de este artículo BBC Mundo