- Federaciones de seguidores de fútbol de todo el mundo pidieron a la FIFA impedir que partidos nacionales se celebren fuera de sus países, como el Villarreal-Barcelona en Miami y Milan-Como en Perth.
- Señalan que estas iniciativas amenazan la integridad deportiva, la identidad cultural de los clubes y los vínculos con las comunidades locales.
La propuesta de trasladar partidos de ligas nacionales a otros continentes ha encendido la polémica entre los seguidores de fútbol. Este lunes, la Federación de Accionistas y Socios del Fútbol Español (Fasfe) solicitó formalmente a la FIFA que rechace cualquier intento de llevar encuentros como el Villarreal-Barcelona de LaLiga EA Sports a Miami, Estados Unidos.
Fasfe argumenta que estos traslados contravienen los artículos 3 y 6 del reglamento de partidos internacionales de la FIFA y subrayan que se deben proteger los fundamentos comunitarios, culturales y deportivos del fútbol. La federación no actúa sola: se sumaron a la iniciativa Football Supporters Europe (FSE), Independent Supporters Council (ISC) de Norteamérica y Football Supporters Association Australia (FSA Australia), quienes enviaron una carta al secretario general de la FIFA, Mattias Grafström, el pasado 29 de junio.
En la misiva, los colectivos expresaron su “firme oposición” a las propuestas que permitirían que los encuentros de ligas locales se jueguen fuera de sus sedes naturales, argumentando que alterarían el equilibrio competitivo al modificar la dinámica de partidos de ida y vuelta.
Integridad deportiva y valores en juego
Según los aficionados, estos traslados favorecen intereses comerciales por encima de los valores deportivos, convirtiendo a los clubes en meros productos de entretenimiento desvinculados de sus tradiciones y comunidades. “Alienarían a la afición local, erosionarían la identidad cultural de los clubes y generarían importantes cargas ambientales y logísticas debido a los viajes de larga distancia”, explicó Fasfe en un comunicado.
El próximo 11 de septiembre, el Comité Ejecutivo de la UEFA evaluará la solicitud de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para reubicar el Villarreal-Barcelona, correspondiente a la jornada 17 de LaLiga EA Sports, así como la propuesta italiana de trasladar el partido Milan-Como a Perth, Australia. Este último se debe a que el estadio del Milan será sede de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno Milan-Cortina en febrero de 2026.
Repercusiones globales y el Mundial 2026
Las preocupaciones de los grupos de aficionados trascienden los traslados de liga y llegan al Mundial de la FIFA 2026 en Estados Unidos, coorganizado con Canadá y México. Más de 80 organizaciones de derechos civiles y laborales enviaron una carta a la FIFA el 1 de julio manifestando su “profunda preocupación” por las políticas de inmigración estadounidenses, especialmente tras la orden ejecutiva del expresidente Donald Trump que restringió la entrada a ciudadanos de 12 países de África y Oriente Medio.
Otro motivo de alerta son las frecuentes redadas del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en comunidades locales, muchas de las cuales serán sedes de partidos del Mundial. Estos factores, según los grupos, podrían afectar tanto a equipos como a espectadores, generando riesgos de exclusión y discriminación durante el torneo.
The Athletic fue el primer medio en informar sobre la carta, aunque hasta la fecha la FIFA no ha emitido respuesta oficial sobre estas inquietudes.
Un llamado a preservar la esencia del fútbol
La presión de los aficionados subraya la tensión entre la globalización del fútbol y la preservación de sus valores tradicionales. Trasladar partidos fuera de su territorio puede generar ingresos, pero también pone en riesgo la identidad de los clubes, la experiencia de los seguidores y la equidad deportiva.
La FIFA y las ligas involucradas enfrentan un dilema: mantener el atractivo internacional del fútbol sin sacrificar la conexión histórica y cultural con las comunidades locales. Mientras tanto, los aficionados continúan alzando la voz para proteger la esencia de un deporte que, más allá del negocio, sigue siendo patrimonio de sus seguidores.